La Presidenta del PARTIDO JUSTICIALISTA (el de la "justicia social") tucumano y Presidenta Provisional del Senado de la Nación (tercera en el orden de sucesión presidencial), como todos saben, encontró una veta de sensibilidad social en su ser y corresponsabilizó a los padres de la nena de 6 años que fue asesinada ayer en esta ciudad, y que, por supuesto, no tienen ninguna relación jurídica con el hecho.
Al escuchar sus declaraciones, uno no puede sentir menos q indignación, q viene acompañada de un poco de lástima (sentimiento q en ningún sentido es capaz de experimentar la primera dama tucumana) para este ser (espantoso) despojado de cualquier sentido de la ubicación.
La indignación, es más clara y fácil de explicar. Desde un lugar privilegiado en el campo del poder (sus cargos son suficientemente conocidos, pero además es parte de una de las familias más adineradas de la región), la Senadora, se inviste en una suerte de Conciencia Colectiva, capaz de juzgar fenómenos sociales complejos y apartarlos de su orbita de acción a la vez que nos invita a alejarnos del terrible suceso. A virar la rabia contra un sistema injusto y a colocarla sobre la supuesta brutalidad individualizada en los progenitores incapaces de cuidar a su hija. A desviar la irritación ante una política social de fondo casi inexistente, licuada en el clientelismo electoralista. A desviar la culpa de una realidad que dibujan, borran, garabatean, y reescriben, pero que, inevitablemente, les cae bruta sobre sus cabezas, como la figura caricaturesca del piano que cae desde las alturas.
La indignación se refuerza, como un agravante, por el uso indiscriminado de la palabra. Jean Paul Sartre en su prologo a “Los Condenados de la Tierra” de Franz Fanon dice: “No hace mucho tiempo, la Tierra estaba poblada por dos mil millones de habitantes, es decir, quinientos millones de hombres y mil quinientos millones de indígenas. Los primeros disponían del Verbo, los otros lo tomaban prestado”. El verbo aquí, no se refiere a la conjugación de una acción, sino a la palabra misma, al lenguaje. Y no al lenguaje en si mismo, sino al lenguaje utilizado, nuevamente, desde un lugar privilegiado. En el caso de Sartre, al lugar de los “civilizados”, frente a los colonizados; de los poderosos de la Europa occidental y cristiana capaz de dar nombre a las cosas y de imponer sus idiomas por el globo, frente a sus colonias, dominadas y diezmadas por la espada, la pluma y la palabra.
Más cerca (en el tiempo y el espacio), la Presidenta Provisional del Senado, también utiliza la palabra desde un lugar de privilegio. Y lo hace cruel e impunemente. La utiliza para insultar a una familia destrozada por el asesinato de una hija (“No podemos poner al Señor Estado a la par de una familia que esta Borracha”!!!!!), y luego para pedir perdón, mientras vuelve a insultar nuestra inteligencia, colocándose en víctima del tormento que le produce un hecho como este (MENTIRA!!! no se arrepiente y si lo hace lo mismo da).
Lo peor, lo hace frente a quienes no pueden ser escuchados, por que no acceden a los mecanismos para divulgar su voz. Ante quienes no deben ser escuchados. Por que nada pueden decir por provenir de donde provienen. Del barro, de la marginalidad. Una marginalidad a la que se accede (según deja entrever la Señora) con total conciencia, dejándose estar en los brazos del alcohol y la ignorancia, en un fenómeno casi antinatural por que el Estado les provee todos los recursos para que no sean lo que son.
Marginales son porque dejan a sus hijos jugar a las 6 de la tarde en una ciudad peligrosa. Recordemos que esta provincia es conducida por la oposición al gobierno nacional y popular desde hace 9 años, y que el flamante gobernador Alperovich, esposo de la senadora, está luchando contra el tiempo para revertir lo que esa oposición insensata le hizo a esta provincia, a pesar de los esfuerzos del gobierno central.
Ahhh no es así?. A esta provincia la gobierna Alperovich hace 9 años?. Entonces no le podemos echar la culpa al gobierno, ni a la oposición. La culpa la deben tener otros, pero quien.... ya se!: los salvajes, e ignorantes padres. Pero serán salvajes e ignorantes?... y supongo q si, viven en un lugar que se llama villa. Y en la villa viven los borrachos.
No señora!!!. No se disculpe. Eso es lo que usted piensa. Libérese que hablan de una forma políticamente correcta. Desnude sus creencias, sus valores ancestrales, su educación privilegiada. Enséñenos como debemos vivir, cuéntenos como debe ser el mundo, y no tenga miedo de equivocarse, por que suya es la palabra “Perdón”, para manosearla, para despojarla de sentido, para usarla por que quedó mal cuando se expresó sinceramente.
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