Coqueteos de una nueva Unión Democrática

Triste Papel del PCR-CEPA ante el conflicto Agrario

Ante la medida impuesta por el gobierno de aumentar las retenciones a las exportaciones a los granos y la respuesta del campo argentino; la CEPA (rama universitaria del PCR –Partido Comunista Revolucionario-) decidió participar ayer martes 25 de Marzo del boicot a la medida definida. Medida que se ve enmarcada en el actual proceso de incipiente industrialización, y en medio de la pelea contra la inflación promovida por sectores de poder (entre los que se encuentran los grandes productores agropecuarios).
Llamamos la atención a estos compañeros ya que consideramos que nuevamente se ubican del lado equivocado del conflicto. Debemos recordar que son los sectores agroexportadores los responsables de las desaparición de mas de 300.000 pequeños productores agropecuarios además de haber sido los más beneficiados durante las últimas tres décadas. El golpe de Estado perpetrado el 24 de Marzo del ’76 (hace un par de días se recordaron los 32 años del inicio de la masacre perpetuada por los milicos) fue consensuado por militares, políticos y civiles (representados por el gran empresariado nacional y la Sociedad Rural Argentina); civiles como José Martínez de Hoz, representante directo de la Sociedad Rural y, por lo tanto, de los mismos sectores que hoy convocan al paro. Durante la década de los `80 Alfonsín fue el encargado de asegurarles a estos sectores grandes ganancias en desmedro de la calidad de vida de las mayorías populares. Luego con Menem y Duhalde en el gobierno (y habiendo sellado el pacto entre Financieros y Agroexportadores) se instaló el 1 a 1 dando lugar a la compra de tecnología extranjera por parte de los productores agropecuarios (destruyendo la endeble industria nacional) y potenciando, asi las capacidades productivas del campo. Mas tarde con la caída de De la Rúa y del 1 a 1 los exportadores volvieron a beneficiarse (el dólar pasó de valer 1 peso a valer alrededor de 4 pesos con lo que cuadruplicaron sus ganancias al vender en el mercado internacional) cerrando así es proceso abierto durante el Menemismo. Después, con Duhalde nuevamente en el poder, se les pesificaron las deudas que habían contraído años antes, subvencionando casi un 65% del total de esas deudas. Hoy en día se mantienen los subsidios al Gasoil (el campo consume mas de 4000 millones de litros subvencionados por todos los argentinos) y se quintuplicó el precio de la tierra, además debemos tener en cuenta el alza en los precios internacionales de los productos que están elaborando (soja, trigo y maíz) y a los cuales fueron dirigidas las retenciones. Por otro lado debemos tener en cuenta el daño que causan estos sectores a los trabajadores rurales; son los sectores con más rentabilidad económica del país los que mantienen una precarización laboral cercana al esclavismo, manteniendo a miles de trabajadores bajo la línea de pobreza y pagándoles en negro. Por otro lado, y a modo de ejemplo, en Salta se desmontaron mas de 500.000 hectáreas de monte nativo para cultivar soja, para lo que fue necesario desalojar a miles de familias Wichis que habitaban la zona, produciendo la catástrofe ecológica de los últimos dos años el la zona del Chaco-Salteño
Desde ya entendemos que hay que tener en cuenta la situación de los pequeños y medianos productores, y que la medida del gobierno es irresponsable al no sectorializar las retenciones para que paguen más los que más tienen. Por eso nos solidarizamos con los pequeños productores, lo que no significa bajo ningún concepto apoyar a los grandes saqueadores de nuestro suelo y nuestro pueblo, por lo que llamamos a estos compañeros a reflexionar sobre esta actitud que no hace más que hacerle el juego a los sectores más concentrados de nuestro país y va en contra de todas las consignas de apoyo al pueblo trabajador que suelen esgrimir día a día, y de las que creemos están convencidos.

Por eso decimos
Si a las Retenciones
No al Paro de la Abundancia
Por la Sectorialización de las Retenciones para que Paguen más los que más tienen.